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La contratación de un seguro de vida no es una decisión que se deba tomar a la ligera. Este tipo de producto financiero permite proteger, en caso de fallecimiento, a aquellas personas que nos importan y dependen de nuestros ingresos. Antes de decantarte por alguna de las opciones es importante evaluar diferentes aspectos, entre estos, los alcances y límites de su cobertura.
La cobertura es la protección que brinda la aseguradora con respecto a lo acordado en la póliza; una básica generalmente se limita a cubrir la suma asegurada en caso de muerte del titular del seguro de vida. En este caso, la aseguradora paga a los beneficiarios, en una sola exhibición, la cantidad establecida en el contrato. Sin embargo, los usuarios pueden sumar coberturas complementarias para sortear otro tipo de situaciones.
Los seguros de vida están diseñados para que las personas que dependen económicamente de alguien, parcial o totalmente, no se queden desamparadas tras el fallecimiento o indisposición del asegurado. Las coberturas complementarias facilitan las cosas para los beneficiarios. Por poner un ejemplo, existe una cobertura complementaria que permite que la aseguradora se haga cargo de los gastos funerarios del titular del seguro de vida.
Asimismo, las coberturas pueden contemplar pagos anticipados en caso de enfermedad terminal, el pago de la suma asegurada en caso de invalidez o una cobertura para hacerle frente a los gastos educativos de los hijos o gastos hipotecarios contraídos por el asegurado.
La respuesta a esta pregunta es sencilla: sí. Entre más coberturas complementarias se incluyan en la póliza, el asegurado tendrá que pagar un monto mayor. No obstante, más que un gasto, la contratación de este tipo de coberturas en un seguro de vida debe tomarse como una inversión.
Esta clase de beneficios permite prepararse ante imprevistos y afrontar de mejor manera los momentos de crisis. Al incluir diversas coberturas complementarias, el asegurado está protegiéndose a sí mismo y a sus seres queridos ante más escenarios.
Los usuarios deben conocer a fondo, incluso las letras chiquitas, de su seguro de vida para evitar malentendidos. No todas las pólizas son iguales: cada una tiene sus condiciones. Es imprescindible que el asegurado conozca en qué casos específicos se puede realizar el pago de la suma asegurada y en cuáles no.
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solamente el 21 por ciento de las personas de entre 18 y 70 años tienen al menos un seguro. La encuesta reveló que el 13.1 por ciento de esta población cuenta con un seguro de vida.
Los usuarios deben tener presentes cinco aspectos antes de contratar un seguro de vida:
Estas son tan solo algunas recomendaciones que debes tener en cuenta antes de contratar un seguro de vida. Recuerda que el mejor producto es aquel que se adapta a tus necesidades y a tu presupuesto. Esperamos que este artículo te ayude para realizar un análisis de tu situación y tomar una decisión más informada.